lunes, 19 de mayo de 2014

ARTE

                                                  
La catedral de Brasilia, diseñada por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987


El arte brasileño se desarrolló en diferentes estilos que varían del barroco —el estilo predominante en Brasil antes del inicio del siglo XIX  pasando por el romanticismo, modernismo, expresionismo, cubismo, surrealismo hasta el abstraccionismo. Sin embargo, los primeros ejemplos de arte en Brasil son las pinturas rupestres en el Parque Nacional de la Sierra de Capivara, que datan de hace 15 000 años. De la época prehispánica sólo se han recuperado pequeñas piezas de cerámica y tallas de piedra como principales manifestaciones artísticas. Más tarde, durante la época colonial, el barroco fue el movimiento artístico más influyente en el arte brasileño, como lo evidencían las pinturas, esculturas y edificios hechos en esta etapa.

Poco antes de la independencia nacional se fundó la Academia Imperial de Bellas Artes, donde décadas más tarde surgió el principal movimiento artístico del siglo XIX en el país, el romanticismo brasileño. Durante este periodo el arte académico alcanzó su «edad de oro», con representantes como Victor Meirelles y Pedro Américo, los cuales crearon un movimiento con características particulares que lo distinguían de su contraparte europea.316 317 318 En 1922 se celebró la «Semana de Arte Moderno» en São Paulo, acontecimiento que marcó el inicio del modernismo brasileño. Artistas como Anita Malfatti, Tarsila do Amaral, Emiliano Di Calvacanti, Vicente do Rego Monteiro, Victor Brecheret, Cândido Portinari y Oscar Niemeyer fueron algunos de los principales exponentes de este movimiento, al mismo tiempo que ayudaron al desarrollo y promoción de las artes en Brasil.

El cine brasileño se remonta al propio nacimiento de este arte a finales del siglo XIX; en los últimos años ha ido creciendo un nuevo reconocimiento internacional hacia sus producciones. Varias películas brasileñas han obtenido el reconocimiento de la crítica internacional y han ganado algunos de los premios más importantes en su categoría. Por ejemplo, Ônibus 174 (de José Padilha) es la película extranjera con mejores críticas en Estados Unidos de acuerdo con Rotten Tomatoes; El pagador de promesas (de Anselmo Duarte) ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes; Ciudad de Dios (de Fernando Meirelles) fue seleccionada por la revista Time como una de las 100 mejores películas de todos los tiempos, entre otros.

Machado de Assis, poeta romántico, cuyo trabajo se extiende por casi todos los géneros literarios y es considerado como el mejor escritor brasileño.
 
Por el contrario, aunque el teatro fue introducido al país por los jesuitas desde la época de la colonización, este arte no generó interés en el público brasileño hasta el siglo XIX. Sin embargo, durante las dictaduras del siglo XX el teatro fue objeto de censura del gobierno, limitando la cantidad y género de obras que podían ser exhibidas en el país. Con la caída del último régimen militar, varios actores brasileños se han destacado a nivel internacional en el campo de la actuación, como Gerald Thomas, Ulysses Cruz, etc.

La música brasileña engloba varios estilos regionales influenciados por formas africanas, europeas y amerindias. Con el paso del tiempo, la música nacional se desarrolló en muchos estilos diferentes, entre los que destacan samba, música popular del Brasil, choro, sertanejo, brega, forró, frevo, maracatu, bossa nova, rock brasileño y axé. Muchas de las obras de compositores brasileños han alcanzado el reconocimiento internacional, siendo Antônio Carlos Jobim, Heitor Villa-Lobos, Pixinguinha y Hermeto Pascoal algunos de los músicos mejor conocidos en el extranjero.

La literatura brasileña surgió a partir de la actividad literaria incentivada por los jesuitas después del descubrimiento de Brasil en el siglo XVI. Aunque en un comienzo se encontraba bastante ligada a la literatura portuguesa, con el paso del tiempo fue ganando independencia y para el siglo XIX fue influenciada por movimientos como el romanticismo y el realismo. La literatura de Brasil alcanzó su apogeo en 1922 con la Semana de Arte Moderno, que se caracterizó por la ruptura definitiva con las obras de otros países, dando lugar a la formación —a partir del modernismo y sus primeras generaciones— de sus propias escuelas de escritores verdaderamente independientes. De esta época datan muchos de los escritores brasileños más destacados, tales como Manuel Bandeira, Carlos Drummond de Andrade, João Guimarães Rosa, Clarice Lispector y Cecília Meireles.

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